Su relación con el G. E. Edelweiss se remonta casi a los orígenes del Grupo, y en concreto a 1955, apenas cuatro años después de la fundación del grupo, siendo una de las primeras grandes
cuevas exploradas.
La cavidad se desarrolla en las calizas y dolomías del Turoniense Superior. El gran portalón de entrada, por el cual el
río Hurón se sume en la cavidad, dará paso a una gran sala de 10.290 m2 en la que se pierde el río, que reaparecerá en el Cañón. El trazado se ajusta a la dirección WSW-ENE, coincidente con la de un pequeño anticlinal, asociado al gran Sinclinal de Sedano, en cuyo eje se desarrolla la galería inferior, en la que nuevamente puede seguirse el curso del río.
Una gran sala ascendente, la Sala de las Dunas, enlaza con la Hoya de los Caracoles, mientras el río verá de nuevo la luz en dos surgencias localizadas junto al
molino de
Barrio Panizares y ocasionalmente, en crecidas, lo hará por la
Cueva de los Moros.
El desarrollo total de la cavidad es de 3.635 m con un desnivel absoluto de 83 m.