Consta de tres naves y destaca por su elegante
retablo mayor, del más puro estilo plateresco que fue construido en 1540 y se atribuye a Domingo de Amberes.
Dividido en tres cuerpos con cinco
calles, repasa algunas de las escenas de la vida de Jesucristo.
En el primer cuerpo de izquierda a derecha: la Anunciación, la Visitación, el Nacimiento y la Circuncisión. En el segundo cuerpo: la Presentación, la Epifania, la Huida a
Egipto y la
Matanza de los Inocente. En el tercero se representan las escenas de Jesus rezando mientras sus apostoles duermen, el
Camino del
Calvario, la Resurrección y Pentecostes.
En la
calle central se puede ver la escena que da nombre a la
iglesia, es decir, la ascensión de la
Virgen y por encima su coronación.
En el atico podemos ver un calvario y en el banco la representación de los cuatro evangelistas. En los laterales tenemos la representación, en la parte inferior, de los cuatro padres de la Iglesia (
San Ambrosio, San Jeronimo, San Agustín con su maqueta de la iglesia y San Gregorio) y en los laterales superiores San Pedro y San Pablo y por encima a Santiago y San Andrés.