Construido a finales de 1.700, con motivo de las obras de mejora del Camino Real que comunicaba Madrid con Francia por Irún.
Su diseño fué un tanto aventurado al ser de un solo arco y ser este muy abierto.
Con los años y el aumento del tráfico pesado se fué deteriorando, acabando por quebrarse. Finalmente, en 1.980 fué desmontado y sobre los estribos se apoyo uno nuevo de vigas prefabricadas.