Las cosechadoras se componen de infinidad de engranajes y cuchillas en constante fricción, lo cual unido al calor del estío provocan frecuentes incendios en la cosecha. Muchas máquinas arden cada
verano y en la loma hay un ramillete de restos de ellas en cerros y valladares que ya estan mimetizadas con el
paisaje y sirven de referencia en este monótono paisaje. No es el caso de esta de la cual ya no queda rastro alguno.