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Es una pena que no se refleje totalmente, o al menos parcialmente, el citado documento
En nuestro libro “Dobro de Aspera, Pesadas de Burgos y Villaescusa del Butrón, a la luz de la Historia”, mi colega Mª Pilar y yo decimos que: "Se cree que están cayendo constantemente sobre la Tierra pero pasa inadvertida su caída debido a que casi todos ellos son de tamaño muy pequeño. Por suerte, la llegada de los grandes meteoritos es poco frecuente porque su impacto suele causar verdaderas catástrofes, como la ocurrida hace 65 millones de años que, al parecer, fue la causa que originó la extinción de los dinosaurios".
Y damos cuenta de la caída masiva de pequeños meteoritos que sembró el pánico entre los habitantes de la Merindad de Valdivielso a finales del siglo XII. De ello nos hablaron Huidobro y Sáinz de Baranda, tomando el dato, según confiesan, de la “Crónica de Alfonso VIII”, de Alonso Núñez de Castro, que debió de tomarla, a su vez, del “Becerro antiguo del hospital de Medina de Pomar”. Y así se contó, en su día:
“Andando la era M. CC. XVIII (año 1180), en cinco días andados del mes de noviembre vino del cielo grand fuego a la hora de nona et descendio sobre una casa de la villa de Medina de Pomar et catando el grand fuego los vecinos de dicho logar fueron a ahogarle et estando asi vidieron et fueron dende et vidiendo quemar los otros vidieron que todo el logar se abrasaba et salieronse todos del logar et vidieron que se quemaban otros et estos eran San Pedro de Tejada et Almine et Ancinillas et Vivideces et otros logarcijs [sic] et toviendo grand temor los omes de los logares fueronse a la costa del rio Ebro et de otros rios et vidieron quemar un monte de muchos arboles et matas que tace entre Pesadas et Villa Alta et no seyo fasta el octavo dia”.
Y damos cuenta de la caída masiva de pequeños meteoritos que sembró el pánico entre los habitantes de la Merindad de Valdivielso a finales del siglo XII. De ello nos hablaron Huidobro y Sáinz de Baranda, tomando el dato, según confiesan, de la “Crónica de Alfonso VIII”, de Alonso Núñez de Castro, que debió de tomarla, a su vez, del “Becerro antiguo del hospital de Medina de Pomar”. Y así se contó, en su día:
“Andando la era M. CC. XVIII (año 1180), en cinco días andados del mes de noviembre vino del cielo grand fuego a la hora de nona et descendio sobre una casa de la villa de Medina de Pomar et catando el grand fuego los vecinos de dicho logar fueron a ahogarle et estando asi vidieron et fueron dende et vidiendo quemar los otros vidieron que todo el logar se abrasaba et salieronse todos del logar et vidieron que se quemaban otros et estos eran San Pedro de Tejada et Almine et Ancinillas et Vivideces et otros logarcijs [sic] et toviendo grand temor los omes de los logares fueronse a la costa del rio Ebro et de otros rios et vidieron quemar un monte de muchos arboles et matas que tace entre Pesadas et Villa Alta et no seyo fasta el octavo dia”.
Muchas gracias por la nota. Se aprecia que te has documentado bien