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Desde la Flora ó plaza Huerto del Rey, las agujas de la Catedral, BURGOS

Desde el siglo XVII, existió en la plaza Huerto del Rey una de las más importantes fuentes burgalesas que servía para abastecer de agua a parte del vecindario.
En 1762, coincidiendo con un proceso de remodelación de este espacio urbano, el Concejo de la ciudad decidió construir una nueva y monumental fuente. Se encargó el proyecto al arquitecto vasco José de Uribe. La escultura que preside el conjunto fué diseñada por el escultor burgalés Manuel Romero, siendo fundida por Domingo de Urquízar.
Se trata de una imágen de la diosa Flora, madre de la naturaleza, que aparece sentada sobre un pez, vertiendo agua sobre un cántaro, dando vida a la vegetación. Como base del conjunto aparece un gran bloque cilíndrico de mármol que, en principio, estuvo destinado a formar parte de las columnas del Palacio Real de Madrid, y que finalmente fué aprovechado en esta obra.

Las agujas de la Catedral: Estrella Gótica del Camino Francés a Santiago
Fachada de Santa María, rosetón y galería.
Al descender por las escaleras que bajan a la plaza de Santa María se puede contemplar la fachada occidental del templo, inspirada en las de las catedrales de París y Reims.
En el cuerpo inferior se abre la Portada de Santa María, formada por tres arcos apuntados y abocinados que cobijan la Puerta Real, o del Perdón, el central, y las de la Asunción y la Inmaculada, los laterales. Esta portada era obra del siglo xiii y, con su iconografía dedicada a la Virgen, estaba considerada como la más importante manifestación escultórica de estilo gótico en Castilla, pero su grave deterioro obligó a reconstruir austeramente las puertas laterales, en 1663 por Juan de Pobes, y la central, en estilo neoclásico, con vano adintelado y frontón triangular, en 1790; en los tímpanos de las laterales se colocaron los relieves de la Concepción y la Coronación, salidos de la mano de Juan de Pobes, y en las enjutas, dos arquillos laterales dobles que cobijan sendas estatuillas.
Fachada de la catedral iluminada.
El segundo cuerpo de la calle central de la fachada es obra del siglo xiii y en él se abre un rosetón de aire cisterciense, con tracería de estrella de seis puntas, o de sello de Salomón. En el tercer cuerpo de la misma calle se abre una elegante galería, jalonada por sendas agujas y varios pináculos, y formada por dos grandes ventanales con maineles y tracería de tres óculos cuadrilobulados; bajo los ocho arquillos que forman los maineles de ambos arcos están colocadas las estatuas de los ocho primeros reyes de Castilla, de Fernando I a Fernando III. Corona la calle una fina barandilla-crestería de arquillos ojivales sobre la que se alza una estatua de la Virgen con el Niño, acompañada de la leyenda, alusiva a la Madre de Cristo, Pulchra es et decora. Este remate fue realizado a mediados del siglo xv por Juan de Colonia.
Sobre las puertas laterales del primer cuerpo se alzan dos torres casi gemelas del siglo xiii y de tres cuerpos, con pilastras decoradas con pináculos y estatuas en sus ángulos, y con decorados vanos ojivales en cada cara de cada cuerpo: uno abocinado con mainel y tracería de óculo, tapado con vidrieras, en el primero; dos geminados sin mainel y sin tracería, en el segundo; y otros dos geminados con mainel y tracería, en el tercero.
Vista desde el Paseo del Espolón.
A cada lado de la fachada se alzan dos torres casi gemelas del siglo XIII y sobre ellas Juan de Colonia construyó dos agujas o chapiteles en el siglo XV. En el antepecho que conecta con la cúspide de una de las torres se encuentra la escultura de Cristo mostrando las huellas de su Pasión con la leyenda pax vobis.
Y en el antepecho de la otra torre puedes ver la leyenda ecce agnus dei y una escultura de San Juan Bautista.
Multitud de detalles escultóricos de lo más curiosos jalonan las dos torres y sus chapiteles. Entre las esculturas pueden verse las de los obispos Alonso de Cartagena y Luis de Acuña, que financiaron la construcción de los chapiteles.
Sobre estas torres, a mediados del siglo xv, Juan de Colonia elevó sendas agujas o chapiteles piramidales de base octogonal y de finos calados que configuraron definitivamente la silueta de la seo burgalesa. Su progenie suevoalemana coincide con el proyecto de la catedral de Colonia, que pudo conocer el maestro Juan, si bien las agujas de la ciudad alemana no se realizaron hasta el siglo xix. Los chapiteles burgaleses fueron levantados con las aportaciones económicas del obispo Alonso de Cartagena y de su sucesor en la sede, Luis de Acuña, cuyos blasones, junto con los de la monarquía castellano-leonesa, aparecen en los antepechos que conectan con las cúspides de las torres. En estos antepechos el maestro Juan dispuso también la leyenda pax vobis y la escultura de Cristo mostrando las huellas de su Pasión, en uno, y la leyenda ecce agnus dei (he aquí el Cordero de Dios) y una escultura de San Juan Bautista, en el otro.
Jalonan el conjunto de la fachada dos torrecillas poligonales, decoradas con arquillos lobulados, con pináculos y con estatuas y rematadas en agujas piramidales que ascienden hasta el arranque de las agujas de las torres; en su interior albergan sendas escaleras de caracol que ascienden al triforio y a las bóvedas de la catedral