Es en el tramo de la
calle Fernán González, que históricamente se convertía en más noble gracias a su cercanía a la
catedral, donde se encuentra EL
PALACIO DE CASTILFALÉ de
Burgos, frente a la
puerta de la Coronería de la Catedral. Es a su vez
camino de Santiago y era también la zona más lujosa de la ciudad renacentista, donde los mercaderes enriquecidos y ennoblecidos establecían sus residencias.
En ese solar, y antes de la presencia del palacio, en la segunda mitad del siglo XV, se ubicó la
casa de la
familia Colonia (Juan y Simón), padre e hijo, arquitectos de la catedral y de muchas otras obras por toda la ciudad.
Nicolás de Gauna, que era el propietario del solar, encargó en 1550 a Juan de Vallejo (maestro cantero de la catedral y de varias rehabilitaciones) y al carpintero Juan de Aras la construcción de un palacio.
En 1565 lo adquirió el mercader y regidor Andrés de Maluenda y el
edificio se convirtió en la casa señorial del mayorazgo de los Maluenda. En el siglo XVII el titular era la familia Brizuela y la casa se conoció durante el XVII y XVIII como Casa de los Brizuela. A finales del siglo XVIII estuvo habitada por Antonio Valdés y Bazán, Bailio General de Marina, quien la vendió a Heliodoro Jalón, maqués de Castrofuerte, que la convirtió en casa de vecindad.
Como era habitual en la
arquitectura civil burgalesa, el edificio fue construido en
piedra y ladrillo, siendo objeto de transformación por sus sucesivos propietarios. Del palacio primitivo aún se conserva la
portada, el zaguán, el
patio y la
escalera monumental. Lo más significativo del conjunto es la bella portada principal, con
arco de medio punto, de rosca moldurada, flanqueada por balaustres.
En las enjutas aparecen dos bichas de extremidades drapeadas y sobre la cartela de la clave del arco se encuentra un jarrón con
fruta. Encima de la cornisa se encuentra un
escudo inclinado y rodeado de decoración vegetal a modo de lambrequines. Los símbolos heráldicos corresponden a los Maluenda de la
Torre, apellidos del segundo propietario de la casa.
Del palacio primitivo se conserva la portada con las armas de los Maluenda, parte de la planta baja, zaguán, patio y la escalera, cubierta con un interesante artesonado.
Ya en pleno siglo XX fueron sus últimos propietarios, los burgaleses D. García Muñoz Jalón y Dña. Asunción Vinuesa Bessón, Condes de Castilfalé, que lo adquirieron en 1920. Reformaron el palacio, abriendo nuevos vanos y convirtiendo
ventanas en
balcones y lo adornaron según la moda postmodernista con escayolas que copian el estilo plateresco burgalés. Lo legaron testamentariamente al
Ayuntamiento de Burgos, que lo recibió en 1969, donando, también, parte de su
biblioteca y otros bienes artísticos.
Fue restaurado y rehabilitado como Archivo Municipal en 1985. Su patrimonio documental, de valor inestimable para la investigación del pasado de Burgos, contiene series muy completas desde los ss. XIII y XIV hasta la actualidad, y su archivo fotográfico cuenta con más de 30.000
fotografías.