El Perdiguero de
Burgos es una raza de perro autóctona y originaria de Castilla, sobre todo de la provincia de Burgos, esta raza rústica se destina a la
caza y posee unas características excepcionales para la caza menor.
Lo primero que debemos destacar de esta bella raza, es que el Perdiguero de Burgos es un cazador por
naturaleza. Se trata de una raza que ha evolucionado para este fin, es por ello que sus características físicas son tan definidas y especializadas para la caza.
Se trata pues, de un perro con patas robustas y rectas muy bien definidas y desarrolladas, mientras su estructura general es compacta y musculosa. Su cabeza es fuerte al igual que su ancho cuello. A su vez, su nariz es de
color marrón oscuro sin llegar al negro. Por su parte, sus labios son caídos, y sus ojos en forma de
almendra, suelen ser de color avellana, con una mirada triste característica. Sus orejas son triangulares y caen a los lados.
En cuanto a su talla, son perros grandes de los cuales los machos pueden llegar a medir entre 62 y 67 cms., y las hembras unos 59 a 64 cms. Su pelaje, es liso y corto de un grosor intermedio, que suele ser de color blanco y avellana (hígado) entremezclado de forma irregular.
Por otra parte, la esperanza de vida de estos cazadores puede encontrarse entre los 12 a 15 años.
Tal como lo señaláramos, esta raza es ideal para la caza. De hecho, su nombre se debe a que se le entrena para
cazar pequeñas perdices, pero también conejos y cualquier otro animal que se le enseñe a cazar. Normalmente se adiestra para señalar y rastrear a su presa. Su ladrido es tranquilo y sabe desenvolverse bien en bosques,
ríos y áreas con mucha maleza.
Es un perro obediente, por lo que su entrenamiento resulta sencillo. Característica ésta esencial para su autocontrol al momento de tener la presa a su merced. A pesar de ser un excelente cazador, es dócil de un comportamiento tranquilo y equilibrado.
El Perdiguero de Burgos, por lo general no se recomienda como perro de compañía, pues requiere de mucha actividad física, amplios espacios para movilizarse y realmente bien vale aprovechar sus destrezas naturales. Pero esto no es un impedimento para que se desenvuelva en un ambiente meramente hogareño.
En
familia son bastante amorosos y amables, les encanta jugar con sus dueños, les encantan los niños y se pueden desenvolver bien ya con otros perros. Tienen un alto sentido del olfato y a pesar de que no son perros de guardia, son bastante valientes, por lo que siempre estarán alertas de lo que ocurre a su alrededor y se encargará de avisar a sus dueños cualquier irregularidad que ocurra.
No es un perro urbano, es decir, lo pasará mal en un piso o espacios reducidos, así como, paseando con correa a tiempo completo. Por lo que, si vivimos en la ciudad, éste no será nuestro perro ideal.
La imagen más antigua que existe aparece en el cuadro titulado “Retrato en
traje de caza del Príncipe Carlos”, realizado por Rafael Mengs en 1765. En la parte inferior izquierda del cuadro nos encontramos con la inconfundible estampa de un perdiguero de Burgos: se representa perfectamente un perro de la raza ya en 1765.
El
monumento al perro perdiguero de Burgos, fue realizado por el artista Burgalés Bruno
Cuevas y se encuentra en una
esquina de la
Plaza de
España, lugar a donde fue trasladado desde la
calle San Lesmes tras la reforma de ésta en 2010. Se inauguró el 30 de enero de 2001 y está situado sobre un pedestal de
roca rústica, con una
placa que reza:
Se erigió por suscripción popular, entre los cazadores de España y entusiastas del perro perdiguero de Burgos. Nuestro leal compañero..