De entre las muchas y variadas zonas verdes de la que disfruta la ciudad, el
paseo de la Isla es uno de los más importantes, debido a su rica variedad botánica y a su armonioso diseño de corte romántico. En sus 800 metros de paseo el visitante podrá encontrar un agradable remanso de paz y tranquilidad, especialmente atractivo para evadirse del ajetreo del centro urbano en los meses de
verano.
El paseo, llamado así por las islas y esguevas que antaño se generaban en el
río Arlanzón, cuenta con una magnífica colección de casi un centenar de especies vegetales, incluyendo saúcos,
cipreses, secuoyas y encinas, entre muchos otros. Además, a lo largo de todo el paseo se sitúan varios
monumentos de gran belleza como los
arcos de Castilfalé, de estilo renacentista, una
fuente del
monasterio de
San Pedro de Arlanza, un busto en honor a Miguel de Cervantes y una preciosa fuente con estanque.
Este espacio natural cuenta además con un
parque infantil inspirado en algunos elementos de la ciudad como el Papamoscas o la figura del Cid, ideal para los más pequeños.