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La parroquia del Beato Rafael monje burgalés, BURGOS

La Iglesia Parroquial del Hermano San Rafael Arnaiz está situada en la calle Condesa Mencía nº 110 en el barrio burgalés de Vista Alegre (G-3)

Se colocó la primera piedra el 20 de diciembre de 1994 siendo su consagración el 27 de abril de 1997, por el entonces Arzobispo de Burgos Santiago Martínez Acebes.

Destaca sobremanera la silueta de una enorme cruz de 23 metros de altura, que emerge desde el patio que rodea la cabecera de la iglesia. Obra de Estructuras Marcos resultante de 32.000 kg. de acero y 400.000 kg. de hormigón en base, la cruz, en la proa de la iglesia, semeja el timón de una nave.

La iglesia es el eje del complejo parroquial, una enorme y diáfana sala cuya forma reproduce una concha de ostra. Está concebida de tal forma que todas las miradas se dirijan al gran sagrario dorado que, tras el altar, preside el presbiterio desde un retablo de madera oscura tallado expresamente para cobijarlo y realzarlo. Las paredes confluyen hacia el sagrario, los bancos están orientados hacia él, incluso la baja altura del sotacoro hace que, al entrar, sea el único foco de atención. Este sagrario no carece de valor artístico: de un Barroco ya tardío, muestra un relieve de Jesús Resucitado en su puerta y dos pequeños nichos laterales con las estatuillas de bulto redondo de san Pedro y san Pablo, tan populares en Burgos por celebrarse las fiestas patronales en su honor.

La parroquia lleva con orgullo el nombre de Rafael Arnaiz Barón, monje burgalés perteneciente a la Orden de la Trapa.

San Rafael nació en Burgos el 9 de abril de 1911, de familia profundamente cristiana; joven de talante personal abierto y positivo, con gran sensibilidad y grandes inquietudes, inicia la carrera de arquitectura y siente la llamada de la vocación a la vida monástica, y la sigue, como diría él: «Siguiendo los dictados del corazón hacia Dios y deseando llenarse de Él».

El 15 de enero de 1934 ingresa en el monasterio de San Isidro de Dueñas (Palencia) con un único bagaje personal: «Un corazón alegre y con mucho amor a Dios». Pronto cae enfermo, lo que le obliga a dejar el noviciado, y a hacer de su vida un ir y venir del monasterio a la familia y de esta al monasterio, hasta que definitivamente se queda en la enfermería del monasterio, donde muere el 26 de abril de 1938 a los 27 años.

Sus numerosos escritos ascéticos y místicos continúan difundiéndose con gran aceptación y para el bien de cuantos entran en contacto con él. Ha sido definido como uno de los más grandes místicos del siglo XX.

El 27 de septiembre de 1992 fue declarado beato por el papa Juan Pablo II. El 11 de octubre de 2009 es canonizado por el papa Benedicto XVI.