El
Toro de
Burgos, situado cerca del que fuera antiguo coso taurino de Vadillos, entre la avenida del Cid y la
Plaza de
España y fue construido entre 1860 y 1862, después de que el
Ayuntamiento decidiera ese emplazamiento para la celebración de los festejos. La plaza tenía un estilo arquitectónico neomúdejar y disponía de un aforo para acoger a más de 7.000 personas. Las crónicas cuentan que la última corrida en junio de 1967 corrió a cargo de los diestros Gabriel de la
Casa, Rafael
Roca y Jacobo Belmonte. Poco después, el Pleno del ayuntamiento acordó el derribo de la Plaza.
El Ayuntamiento de Burgos decidió colocar la
escultura de bronce de un toro a modo de recordatorio de ese ruedo además de
homenaje a la tauromaquia, de gran
tradición en Burgos.
La obra se inauguró en mayo de 2011 y fue realizado por la empresa vasca Alfa
Arte, la misma que hizo en su día la conocida como "escultura del encierro", en Pamplona.
La res, de tamaño natural, está realizada en bronce y pesa 900 kilos y está colocada sobre una
fuente con dos tipos de chorros de
agua que cambian cada diez minutos y con seis
colores distintos, que también se alternan de
noche. El toro está apoyado sobre una base de granito negro que provoca un efecto de
espejo.