Semana Santa 2022
Declarada de interés turístico nacional
El
Santo Cristo de
Burgos, también conocido como Santísimo Cristo de Burgos, es una imagen de Jesús crucificado. Se encuentra en la
Capilla del Santísimo Cristo de Burgos de la
Catedral de Burgos (
España).
Es una
escultura del siglo XIV y de autor anónimo, concretamente un crucifijo articulado que permite mover los brazos y piernas (en relación con las ceremonias que en la Edad Media se celebraban el Viernes Santo). Tallada en madera, tiene el pelo y las uñas naturales; las articulaciones y la herida del costado están recubiertas con piel curtida de animal. Bajo los pies tiene cinco huevos de avestruz traídos a Burgos desde África por un comerciante local.
Se trata de una imagen milagrera, muy venerada desde antiguo, ya que los mercaderes burgaleses fundaron
capillas bajo su advocación en Brujas y Amberes, y los agustinos extendieron su devoción por toda España e Hispanoamérica: prácticamente no había catedral que no tuviera una capilla consagrada a él, y su culto se multiplicó con grabados y láminas, popularizándose su iconografía de largas melenas, cuerpo ensangrentado y, sobre todo, unos faldones que le cubren casi por entero las piernas.
Numerosos viajeros, historiadores y escritores han descrito este Cristo y han reflejado la enorme devoción y emoción que suscitaba, entre otros Andrea Navagero, Santa Teresa de Jesús, Agustín Moreto, Enrique Flórez, Jean-Paul Sartre o Rafael Alberti
Una leyenda atribuye la autoría a Nicodemo, que lo habría modelado sobre el cuerpo de Jesús al bajarlo de la
Cruz. Otra leyenda, escrita por
León de Rosmithal de Blatna entre los años 1465 y 1467, dice que el Cristo había sido hallado hace 500 años, cuando unos marineros burgaleses encontraron un galeón vacío donde solo había una caja con ese Cristo y unas tablas que decían que fuese cual fuese la costa a la que llegase pusieran la imagen en un lugar decoroso. De este modo, tomaron la imagen y la llevaron a Burgos.
Este Crucificado debió ser realizado en Flandes o en el norte de
Alemania, y guarda un gran parecido estilístico con otro Cristo famoso, este yacente, el Santísimo Cristo del
monasterio de las Claras de
Palencia. Según otra leyenda, el Cristo de Palencia fue encontrado flotando en el
mar por un vigía de la flota de Alfonso Enríquez, almirante de Castilla, entre los años 1407 y 1410.
Originalmente el Santo Cristo de Burgos se encontraba en el Real Monasterio de
San Agustín de la capital burgalesa. Durante la Guerra de la Independencia fue trasladado a la catedral por seguridad y después volvió nuevamente al Monasterio de San Agustín; sin embargo, tras la Desamortización del año 1835 la imagen regresó a la catedral como emplazamiento definitivo.
El Santo Cristo de Burgos cuenta con devoción en diferentes lugares de España; también en Hispanoamérica y Filipinas.