AUTORRETRATO DE GIL DE SILOE, este gran
escultor de origen flamenco o francés se instaló en
Burgos al final del siglo XV y nos dejó su retrato en el alabastro en uno de los sepulcros de la Cartuja. Porta una escuadra como atributo y luce unas antiparras para la presbicia.
La maestría de Gil de Siloe, genial artista del
gótico final, se puede comprobar en las siguientes obras.
Retablo de la Cartuja de Miraflores, sepulcros reales del mismo
convento y retablo de
Santa Ana en la
Catedral de Burgos. Fue el padre del ya renacentista Diego de Siloe.