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Plaza de La Libertad y Casa del Cordon, BURGOS

Casa del Cordón

Palacio de los Condestables de Castilla

La Casa del Cordón se encuentra dentro del casco urbano del Burgos medieval, entre las puertas de San Juan y San Pablo, donde estaba el Mercado Mayor.

Recibe el nombre de ‘Casa del Cordón’, por el cordón franciscano que se emplea en su fachada. Fue construido en los últimos lustros del siglo XV para el Condestable de Castilla don Pedro Fernández de Velasco y su esposa doña Mencía de Mendoza, segundos condes de Haro.

El autor del Palacio del Condestable debió ser, a juzgar por varios caracteres de la construcción, Simón de Colonia, maestro a quien encargaron la capilla funeraria de los condestables en la Catedral. Algunas intervenciones se realizaron en el palacio durante el paso del tiempo.

En 1840 se instaló aquí la Capitanía General, realizándose modificaciones de los vanos y uso del espacio. Un nuevo propietario, Víctor Conde, encomendó el año 1906 una restauración del edificio al arquitecto Vicente Lampérez, quien incorporó algunos añadidos historicistas.

Después ha tenido diversas utilizaciones en oficinas públicas y comercios. En 1982 se proyecta una rehabilitación profunda del edificio, concebida por el arquitecto Fernando Moreno Barberá, que dirige hasta 1986 la obra, concluida un año más tarde bajo la dirección de Pedro Gutiérrez.

La fachada principal se encuentra en su parte meridional, abierta a una plaza. Un torreón en cada extremo recuerda la antigua condición fuerte de la casa, pero los vanos están alterados. Se ha respetado siempre la puerta, con arco adintelado de grandes dovelas, que dispone en cada extremo del intradós un unicornio.

Destaca en la decoración un amplio cordón franciscano, a modo de alfiz. Sobre la puerta corre una inscripción, en caracteres góticos, alusiva a los fundadores del palacio: ‘Esta casa mandaron facer don Pedro Fernandez de Belasco e donna Mencia de Mendoça segundos condes de Haro’.

Encima se disponen los escudos del matrimonio, con las armas de Velascos y Mendoza, acompañados por las leyendas: ‘Un buen morir onra toda la vida’ y ‘Omnia pretereunt preter amare Deum’, así como el anagrama bernardiniano ‘IHS’ dentro de un tondo con ráfagas.

Sobre el conjunto se coloca el escudo real. Culmina la fachada con una crestería y pináculos, incluyendo una escultura de San Andrés. El palacio se organiza con crujías en torno a un patio central. El acceso a éste por la puerta principal se encuentra desenfilado, es decir siguiendo la tradición medieval, con un zaguán intermedio.

Desde la puerta, adornada con dragones, se pasa al amplio patio que tiene series de arcos escarzanos sobre pilares delgados de base octogonal, y antepechos con tracería gótica donde se intercalan escudos con las armas de las familias Velasco-Mendoza.

Hay una galería, semejante en su diseño a las arquerías del patio, la cual se abre en el costado oriental, donde habría originalmente un jardín. Todo el conjunto es fechable en los últimos lustros del siglo XV.