Parece que los últimos años de su vida, Chindasvinto, los ocupó en actos de piedad y beneficencia. Fundó el monasterio de San Román de la Hornija, en San Román de Hornija, (Valladolid), para que a su muerte, a los 90 años, reposasen sus restos en un sepulcro junto a los de su esposa Riciberga, con la que tuvo tres hijos y una hija. Su epitafio, escrito por Eugenio de Toledo, le define como «impío, injusto e inmoral».
Me gustaria escribir como tú escribes. Saludos
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