Luz ahora: 0,14408 €/kWh

BUSTILLO DEL PARAMO: Estoy emocionada al leer estos relatos no me lo puedo...

En un lugar de Castilla, de cuyo nombre no quisiera olvidarme nunca, y si lo hiciere a nadie culparé por escribir en mi tumba la palabra "ingrato", vivió hace ya muchos años, y a sólo dos leguas de Villadiego, un rapazuelo que llegó a identificarse de tal forma con la tierra que pisaba, que sus raíces profundas, al verse violentamente desarraigadas de ella, quedaron de tal forma heridas que pasaron el resto de sus días suspirando por aquello que no se pudo desarriagar.
Eran los tiempos en que con el bieldo se beldaba la trilla y con la bielda se atropaba la paja; los tiempos en que la parva, una vez acabada la faena de la trilla, se amontonaba en el centro con la camizadera, es decir, los tiempos en que cuando a mi abuela le preguntaban por la salud de la tía Petra, su vecina y familiar lejana, respondía con aquel lacónico: pues está en un ser, lo mismo que respondiera santa Teresa de Jesús cuatrocientos años antes cuando, en las mismas circunstancias, le preguntaban por la salud de una monja de su convento; o al igual que el célebre Padre Mariana, doscientos cincuenta años antes, que para mostrar lo vano o carente de sentido de algo, decía: eso es tan inútil como llamar con una vedija a la puerta de un sordo, palabra que en mi aldea no sólo era de curso legal, sino que no había otra para nombrar ese mechón de lana que las ovejas dejan en las zarzas y los espinos, o esos pequeños trocitos que quedan después de varear un colchón de lana.
Y eso mismo ocurría con tantas y tantas otras palabras, giros y expresiones del lenguaje que, por falta de contacto, lo que entonces era la curcusilla, cien años antes había sido también la curcusilla, y otros cien antes también. El peligro que corría cada una de esas palabras era el de quedar viciada, quizá por un deseo inconfesado de cambio o por un rigor casi inexistente en el lenguaje, de tal forma que lo que aquí era la curcusilla, en el pueblo de dos leguas más allá podía ser la corcusilla y otras dos más allá la corcosilla.
Yo vi ese mundo con los ojos de un rapazuelo de ocho a diez años y me considero uno de los últimos exponentes de aquel vocabulario campesino de la Castilla profunda que comenzaba ya en mi tiempo a abrirse paso hacia el exterior, para quedar pronto relegado al olvido, obligado por los profundos cambios que se avecinaban. Por eso quisiera romper una lanza a favor de aquel vetusto lenguaje que tan grabado quedó en mí a esa edad tan temprana. Quizá no lo consiga porque, como decían los romanos, "tempus edax omnium rerum", sí, el tiempo todo lo devora, pero al menos me quedará la satisfacción de haberlo intentado.
Algunas de esas vivencias ya pueden verse en las líneas precedentes de este foro; reconozco que debería haber empezado por esta especie de introducción; pero como esas vivencias son tantas y las llevo tan grabadas en mi memoria, iré exponiéndolas poco a poco a la espera de que alguien que se dé por aludido al verse reflejado en ellas me recuerde alguna que se haya podido escapar por sábete qué rendija de ese baúl de los recurdos que todos llevamos encima. Chindasvinto

Estoy anonadada de tus hitorias, me encantan, con mas tiempo, entrare a participar, en tus cilaboraciones, ya que todo lo que cuentas me es muy familiar, yo tambien formo parte de las generaciones que en los años 60 y70 que tuvimos que emigrar, soy de la Nuez de Arriba cerca de Villadiego, un saludo

Hola, Amador, ne sé si has adoptado un seudónimo masculino o el teclado del ordenador te ha jugado una mala pasada; pero eso es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que entre todos demos un poco de vida a estos pueblos que en su día la tuvieron, y muy hermosa. Me siento honrado de que gracias a la lectura de nis recuerdos plasmados en este foro te hayas animado a hacer lo mismo. Como le decía en este mismo foro a Fernando Arroyo (a quien debo una respuesta), si tienes algo en el baúl de tus recuerdos, déjalo que se deslice hasta el teclado de tu ordenador, ¡todos saldremos ganando! No importa que sea un recuerdo ingenuo, osado, devoto o pícaro (como alguno de los que me quedan entre los repliegues de la memoria), lo importante es ventilarlos y darlos a conocer, aunque los más interesados seamos los de aquella época.
De tu pueblo poco puedo decir porque nunca entré en él, pero sé que es un pueblo encantador, abrazado por la carretera que va de Masa a Villadiego antes de encaramarse al páramo. De él admiro esa preciosa arquitectura popular, común a la de muchos de nuestros pueblos, arquitectura que comenzó a derrumbarse hace ya tiempo por el abandono del medio rural. Quizás mi vista se sienta atraída por esas casas anónimas de piedra porque mi padre era cantero y dejó muchas casas de piedra diseminadas por los pueblos de la provincia (en el foro de Santibáñez Zarzaguda, de donde él era, lo explico mejor) ¡Cuántas veces he parado en el repecho que hace la carretera al llegar a tu pueblo, después de cruzar el puente, a coger un poco de tila en los tilos de la orilla! ¡Cuantas jornadas campestres en el césped que antaño había junto al puente, para echar los reteles de paso, antes de que a nuestros cangrejos les entrara esa enfermedad tan fea que los entendidos llaman "afanomicosis", producida por la insensata introducción del cangrejo americano! ¡Cuántos paseos por ese páramo que comienza en la última revuelta de la carretera, cuesta arriba, para terminar en el repetidor de televisión de Coculina! Soy un llanero solitario que, cuando vuelve a Burgos, su ilusión es perderse por esos caminos del páramo que no van a ninguna parte, pero que allá a lo lejos, en el horizonte, se juntan con el cielo. Tú plasma tus recuerdos porque, ¿quién sabe? quizá entre todos podamos escribir la historia de de los pueblos de aquella Castilla profunda de antaño, vieja Castilla, de la cual yo sigo profundamente enamorado.
Bueno, corto el rollo porque cuando hablo de mi tierra (con el debido respeto hacia todas las demás) se me desentumece la mente y me bailan los dedos aporreando las teclas del ordenador. Chindasvinto

Estoy emocionada al leer estos relatos no me lo puedo creer, te dire que los tilos ya no estan los podaron todos al ampliar la carretera no se pudo hacer nada para impedirlo, yo tambien quiero mucho a mi mueblo, psiblemente los ultimos dias de mi vida los termine en la tirra queme vio nacer.
un saludo.
CHINDASVINDO te sigo por todos los foros buenas noches.
ME ENCANTAN TUS RELATOS CUENTAME ALGO MAS DE MI PUEBLO