Hola, Victoria, Sí, conocí a mi abuela y ella me enseñó muchas, muchas cosas; la conocí desde que nací hasta que un buen día me planté en 44 años. Entonces ella me dejó, o yo la perdí para siempre, o ambas cosas a la vez: ¡pobre abuela, cuánto la recuerdo después de tantos años! ¿No te acuerdas de que en una de mis intervenciones (De Bustillo a Villadiego (c), cuando mi abuela iba perdiendo poco a poco sus piezas bucales, y sólo le quedaban dos colmillos, una de mis hijas, de cuatro años, le preguntó a su madre.... sí, mi mujer, esa por quien apuro cada día el amargo cáliz que el destino se ha empeñado en que tengo que beber.... bueno, está en este foro.
Gracias por tus buenos deseos. Y en cuanto a pasar un bonito domingo.... tanto como bonito, bonito... con este día.... Sí, intentó salir el sol por un momento, pero salió tan espantado que que volvió a esconderse como un cobarde. Hombre, ya sé que se puede buscar la belleza interior de las cosas, y sobre todo de las personas, esa belleza que no se puede ver con los ojos (ésa es mi teoría), pero nunca viene mal un trampolín desde donde lanzarte en su búsqueda.
Aún me quedan bastantes recuerdos infantiles que iré desgranando cuando no me flaquee el humor; vamos, que en el fondo sigo siendo aquel niño de hace tantos, tantísimos años en Bustillo. ¡Y no me avergüenzo, porque pienso que peor lo tienen quienes han perdido definitivamente todo lo que les quedaba de niños!
Ah, he visto que sigues distribuyendo largos abrazos a diestra y siniestra. ¡Es estupendo! Pero no te pases, porque se te va a desgastar la "o". De corazón, Chindasvinto.
Gracias por tus buenos deseos. Y en cuanto a pasar un bonito domingo.... tanto como bonito, bonito... con este día.... Sí, intentó salir el sol por un momento, pero salió tan espantado que que volvió a esconderse como un cobarde. Hombre, ya sé que se puede buscar la belleza interior de las cosas, y sobre todo de las personas, esa belleza que no se puede ver con los ojos (ésa es mi teoría), pero nunca viene mal un trampolín desde donde lanzarte en su búsqueda.
Aún me quedan bastantes recuerdos infantiles que iré desgranando cuando no me flaquee el humor; vamos, que en el fondo sigo siendo aquel niño de hace tantos, tantísimos años en Bustillo. ¡Y no me avergüenzo, porque pienso que peor lo tienen quienes han perdido definitivamente todo lo que les quedaba de niños!
Ah, he visto que sigues distribuyendo largos abrazos a diestra y siniestra. ¡Es estupendo! Pero no te pases, porque se te va a desgastar la "o". De corazón, Chindasvinto.