En aquellos días donde el tractor, las vacas, los trillos, los bueyes, el carro, la galera etc. se daban la mano, la mano de obra todavia era necesaria. Pues estabamos en medio de todo. No se acababa de dar el paso a la cosachadora, donde con menos personal se podían hacer las faenas del verano. Pero todo llego...
De momento estamos hay, vacas con trillos y tractores con trillo. Cada familia hacia su lavor. Pero al final la herramieta que todos utilizabamos cuando ya el grano y la paja estaban bien trillada y menuda era la beldadora aventadora. Esto era el final de duras jornadas de trabajo. Esta máquinita nos hacia la función de separar la paja para un lado y el grano por otro. De esa manera y teniendo el viento a favor, se iba echando el montón a paso firme y siempre a favor de ese viento burgales. Cuando salia el norte ó el gallego la faena estaba a punto de caramelo "finita". Pero claro, eso no se quedaba en la era, primero los sacos al granero, y luego le tocaba la paja al pajar (cosa que odia, pues la paja negra de los "yeros" era insufrible). Alli en el pajar nos tocaba a los peque ir pisando, y pisando para que entrase más, y más... Por aquel boquerón no nos entraba ni gota de aire. Cuando llegaba el final, eso era gloria b...
De momento estamos hay, vacas con trillos y tractores con trillo. Cada familia hacia su lavor. Pero al final la herramieta que todos utilizabamos cuando ya el grano y la paja estaban bien trillada y menuda era la beldadora aventadora. Esto era el final de duras jornadas de trabajo. Esta máquinita nos hacia la función de separar la paja para un lado y el grano por otro. De esa manera y teniendo el viento a favor, se iba echando el montón a paso firme y siempre a favor de ese viento burgales. Cuando salia el norte ó el gallego la faena estaba a punto de caramelo "finita". Pero claro, eso no se quedaba en la era, primero los sacos al granero, y luego le tocaba la paja al pajar (cosa que odia, pues la paja negra de los "yeros" era insufrible). Alli en el pajar nos tocaba a los peque ir pisando, y pisando para que entrase más, y más... Por aquel boquerón no nos entraba ni gota de aire. Cuando llegaba el final, eso era gloria b...