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Ermita del Santo Cristo Arrodillado antes de entrar al pueblo, CABEZON DE LA SIERRA

Destacar la existencia de una ermita dedicada al Santo Cristo arrodillado antes de llegar a la población. También se encuentran en Cabezón unas necrópolis talladas en los siglos IX-X. Se trata de tumbas antropomorfas excavadas en la piedra y algunas trabajadas con lajas. Su longitud va de los 80 a los 190 cm y todas están mirando al este. Estas sepulturas fueron utilizadas por los antiguos pobladores de San Miguel de Torquemada.
La iglesia, dedicada a San Vicente, ha sido reformada totalmente en los años 50, aprovechando la torre y una de las paredes y toda la piedra de la anterior. Es de una nave, de 200 m², sin estilo definido. No tiene ábside, ya que en su lugar está la pared de la torre. La portada es moderna, de medio punto con hornacina, bajo un amplio
arco, también moderno, apoyado en columnas fuertes con capiteles, formando una pequeña espadaña rematada en cruz. Hay, además, otras dos portadas cegadas de la antigua construcción.
La torre, que se conserva de la antigua, es rectangular, con cuatro vanos, dos campanas y un campanillo. En 2013 la techumbre se ha venido abajo, pero rápidamente los feligreses han puesto manos a la obra y han vuelto a reedificarla, con mejores garantías.
La pila es románica con gallones indefinidos en copa y base de tipo clave invertida y el retablo mayor es barroco, fechado en 1761. Hay tres buenas Vírgenes sedentes, sobre todo una del siglo XIII.
Los libros parroquiales comienzan en 1609.
En los últimos tiempos ha escrito un libro sobre el pueblo Mariano Lacalle Andrés.
Hay una ermita dedicada al Santo Cristo, de valor y gran devoción.
Una fuente, probablemente romana, de aguas rojizas –minero medicinal-.
En el centro del pueblo hay un rollo de 3,50 m de altura, de columna cilíndrica con tres tambores desiguales con remate cuadrado, apiramidado, y bola; probablemente de finales del siglo XVIII.
Están catalogados en su territorio dos yacimientos de ignitas de dinosaurio en los términos “Camino de Moncalvillo” y “Senda del correo”.