Los orígenes de
Caleruega se remontan a los albores de Castilla, en el siglo X, durante la Reconquista. Se funda como población amurallada con tres
puertas y cuyo
caserío se agrupaba en torno al
torreón de los Guzmanes y la
casa del Señor de la villa. De los orígenes de la villa de Caleruega se conservan varios testimonios (el Torreón de los Guzmanes y la
parroquia románica de
San Sebastián de la que hoy en día se conservan originales la
torre y el
arco de entrada).
En el año 1068 aproximadamente, el rey Alfonso VI el Bravo creó el Señorío de Caleruega, siendo Don Munio Díaz de Caleruega el primer titular. No obstante, tras la muerte sin descendencia del hermano de Sto. Domingo de Guzmán, el Venerable Antonio de Guzmán, V Señor de la Villa, el rey Alfonso X el Sabio otorgó a Caleruega un privilegio Rodado con el que entre otras cosas se le traspasaba el título al Real
Monasterio, y más concretamente a la que fuese por entonces priora de dicho monasterio.
En el siglo XIII, a raíz de la canonización de
Santo Domingo, su hermano Manés promueve la edificación de una
capilla en su lugar de nacimiento (1237). Más tarde, en 1266, el rey Alfonso X el Sabio transforma la casa solariega de los Guzmanes en una
iglesia monasterio a la que traslada la comunidad de monjas dominicas de San Esteban de Gormaz. En el siglo XVI, por iniciativa y proyecto de los dominicos mexicanos, se sustituye la iglesia original del beato Manés por otra más amplia.
Durante el destierro de El Cid Campeador, durante el siglo XI, éste pasó por la villa. En la Peña de San Jorge, una de las
montañas de Caleruega, había muchas
cuevas (ahora la mayoría
bodegas), y según la leyenda popular allí se refugiaban los moros que, cuando lo veían necesario, atacaban al
pueblo. Cuando el Cid llegó, el pueblo escondido y atemorizado en el Torreón de los Guzmanes salió a batallar y consiguieron expulsar a los moros de Caleruega.
Privilegio de Alfonso X el Sabio (10 de julio)
A partir del año 2009 se lleva celebrando en Caleruega el privilegio rodado otorgado a esta noble villa por Alfonso X el Sabio el 10 de julio de 1266. La
fiesta consiste en la recreación de aquel momento decorando el pueblo con
pendones medievales y vistiendo la gente con ropas de la época. Además de ciertas personas que representan a ciertos personajes importantes como obispos, nobles, monjas o incluso al mismo Rey y su
familia.
Caleruega nace como núcleo urbano moderno con la desamortización. Hasta entonces la propiedad del suelo recaía fundamentalmente en las madres dominicas del Monasterio que ostentaban el señorío de la villa, que por orden de la reina Isabel II en el año 1868, se retira dicho título al Real Monasterio, habiendo sido la última Señora de Caleruega Doña Casilda Arroyuelo. Caleruega crece desde entonces de forma sostenida, sin importantes golpes demográficos, hasta llegar a superar los mil habitantes en los años 1950.
En el año 1952 recibe Caleruega un nuevo impulso dominicano con el patrocinio del Padre General Manuel Suárez y el impulso del P. Venancio
Carro. Comienza ese año la construcción del
Convento de los PP. Dominicos, que se suma al conjunto del Monasterio de las monjas y hace de Caleruega uno de los principales referentes de la orden dominicana en el mundo.
A partir de los años 1950 Caleruega sufre las consecuencias del éxodo del
campo castellano, fundamentalmente hacia
Madrid,
Burgos,
Barcelona y Aranda de Duero. El incipiente dinamismo económico de los 1990 en la villa, junto con la recuperación del patrimonio colectivo histórico y social, la llegada de nuevos trabajadores inmigrantes, los proyectos de turismo rural y su situación en un área de indiscutible valor histórico,
artístico, natural y ecológico, abren nuevos horizontes para Caleruega en el siglo XXI.
Su nombre, según Gonzalo Martínez Díez, sería un diminutivo de "Calero/ (-u)", de significado obvio, para referirse seguramente a una pequeña aldea productora de "cal (viva)" -elemento muy importante en la construcción; y que le daría una cierta importancia económica y estratégica a la villa -cosa detectada en seguida por los "señores" de turno-. Otras variantes del significado del nombre serían: "Calero+eca" > "Caleruega", con un sentido locativo, refiriéndose al "lugar, donde había
rocas calizas de las que se podía obtener la cal", o "lugar donde se obtenía la cal -calero/u/a-"; o con un sentido calificativo, luego sustantivado, para referirse a (una tierra o aldea) "calera". Posiblemente la más acertada sea la 1ª.