Por 1.788 se emprendió la fastuosa obra del
Camino Real que comunicaría la Corte de
Madrid con el límite con
Francia. Se partía de un pais con penosos
caminos intransitables para los carruajes en
invierno.
El ingeniero destinado a esta labor fué Manuel Echanove que realizó unos estudios previos donde determinó que entre Pancorvo y
Monasterio el trazado mas indicado era el mismo que en su dia trazó la
Via Romana de Aquitania a Hispania, de la cual reconoció varios tramos en sus apuntes, y los señalizó en ellos con una trazo amarillo y una R. Muy sensible a su conservación al construir la nueva vía tuvo a bien hacerlo a un costado de esta para no dañarla, y basicamente la hizo con las misma configuración que la Romana, de probada eficacia y lonjevidad.
Todos estos tramos señalados se han perdido por el laboréo agrícola y ensanches de la N-1, salvo este que incluso el ferrocarril en su construcción rodeo. A pesar de que en época mas moderna este islote entre ferrocarril y la
carretera ya no se ha respetado en su totalidad, hay un pequeño tramo cercano al antiguo paso a nivel de
Cameno que pudiera ser el único tramo conservado inalterado por la época moderna de esta Via romana, lo cual implicaría no haber sufrido transito pesado de maquinaria ni aportes de material como en otras calzadas que han pervivido como caminos.