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Antiguas casas de adobe hoy de segundas labores, CAÑIZAR DE AMAYA

Fuera ya de las estribaciones de la Peña Amaya, en terreno llano, cercano ya a la provincia de Palencia, en la carretera que une Villadiego con Herrera de Pisuerga, a orillas del arroyo de Soto Román, encontramos a CAÑIZAR DE AMAYA, a 19 km de Villadiego y 57 de Burgos.
Goza de la vecindad de Barrio San Felices, Sotresgudo, Salazar de Amaya, Sotovellanos, Hinojal de Riopisuerga y Zarzosa de Riopisuerga, que también le
sirven de límite.
El dato de su nombre escrito por primera vez nos lo proporciona el padre Enrique Flórez en su obra “España Sagrada”, situándolo en torno a 1250, al enumerar la relación de pueblos que aportaban a la mitra burgalesa y el Marqués de la Ensenada en su Catastro nos lo presenta como lugar de señorío, perteneciente al duque de Frías que era también vizconde de Amaya.
Pascual Madoz en su Diccionario geográfico, que habla de él como “Cañizal”, le asigna 87 habitantes en el año 1848122. Como casi todos los pueblos
de la provincia, había aumentado su censo al finalizar el siglo, llegando a 213 habitantes en el año 1900. Siguió creciendo en la difícil primera mitad del siglo XX hasta llegar en 1950 a la cifra de 250 personas. En la segunda mitad del siglo ha sufrido, como la gran mayoría, el ataque sin piedad
de la emigración, presentando un censo en el año 2000 de 53 habitantes.