El trazado urbano es abierto y agradable. En un armonioso desorden se alternan filas de
casas y casas sueltas, entre ellas hay varias eras, y casi todas las
calles están con firme de tierra. Una delicia para las correrías de los chavales que disfrutaron por sus calles.
Las casas si bien algunas presentan daños producidos por el deterioro de los
tejados, son casi todas recuperables y tienen un encanto especial ya que son pequeños
museos de una forma de vida que se a mantenido durante siglos y está a punto de pasar al olvido.