El templo parroquial es el
monumento arquitectónico que más destaca y está rodeado de construcciones rurales y
rincones que rezuman tipismo. De estilo
gótico y barroco de finales del siglo XV y principios del XVI.
Consta de tres naves con
bóvedas de crucería,
torre cuadrada de tres cuerpos y cabecera también cuadrangular. La
fábrica se completa con una
portada de finales del s. XV y cobijada bajo un pequeño
pórtico; está coronada con un
arco conopial y realzada con arquivoltas de temática vegetal. Presenta una interesante decoración y su constructor pudo haberse inspirado en el maestro Simón de Colonia.
El
retablo mayor es espectacular, de estilo Rococó y dedicado a
San Esteban; se ejecutó el año 1.755 por valor de 9.000 reales de vellón. Sin embargo, con anterioridad presidía la nave central otro retablo de corte clasicista, cuya construcción se inició en 1.641 y se doró en 1.644. Es de madera policromada compuesto de dos cuerpos, tres
calles y un ático de
frontón partido, con las imágenes de San Pedro y San Pablo del s. XVI.
Columnas de estrías onduladas escoltan los lienzos – «barrocos, claroscuristas y no excesiva calidad»- que reproducen escenas del
Santo y de la vida de Jesús.
En el nicho central hay una talla de San Esteban.
El retablo de Nuestra Señora del Rosario está fechado de 1.693, aunque el dorado se verificó en 1.700 por 5.098 reales. Preside la
Virgen de Rosario y en las calles laterales resaltan pinturas alusivas al Santo Rosario. Remata con una figura de San Miguel Arcángel.