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CASTRILLO DE RIOPISUERGA: La cantina tiene historia, era uno de los dos centros...

Estos son mis primos Tori y Miguel en su cantina, que tiempos aquellos. Más de uno recordará las tardes del domingo jugando la partida, con un humo que parecía niebla, pero que nadie le parecíam mal. Y los más pequeños a por pipas u otra chuchería mientras los padres seguian con sus cartas.

La cantina tiene historia, era uno de los dos centros sociales del pueblo, el otro eras la iglesia, pero allí no se hablaba y el único que bebía era el cura. Recordar desde la distancia del tiempo y el espacio aquellos años, da la dimensión de aquella vida, que a fuerzas de no conocer otra nos resultaba normal. En la cantina bebía casi todo el mundo y un Domingo o fiesta ni chicos ni grandes se iban sin fumar, el humo picantón del socializado cuarterón, quienes degustaban un vergueño lo encendían a la puerta de la iglesia que daba mas glamour. En el largo pasillo que la cantina tenía, antes de reformarla, nos situábamos los niños/as al refugio de los fríos vientos, interrumpiendo el normal tránsito, y al menor descuido, el obstáculo en forma de niño, era apartado de un punta pie restableciéndose la circulación de inmediato. Ya mas mozos, y los que lo habían sido antes, pegábamos el culo al comunal asiento, del que no se levantaba uno desde las primeras horas de la tarde asta las últimas de la noche, con un receso para la merienda, con derecho a reserva de asiento, este era el programa del invierno, el del verano difería sustancial mente. Seguramente que alguien de posteriores épocas, pensarán que exagero incluso que miento, si al estilo del Sr Basilio " yo no pongo testigos muertos" allí estaba el difunto tal que lo puede decir, hay están los Manolos y pocos mas que van quedando, que en los largos días de primavera, nos aburrimos tanto los Domingos, que deseábamos la llegada del,-para muchos temido lunes- para volver a las tareas ordinarias. Que tiempos.