ADIÓS GONZALO. Que tañe la campana del recuerdo, para que su nostálgico sonido llegue al tojo y al arroyo, donde pescábamos. Al solitario palomar que un día invernal con fuerte cellisca acudimos a proveer de comida a las palomas. A los sórdidos bodegones. A los sotos y ribera y, al campo yerto que nuestros jóvenes pies tanto hollaron.
Como no recordar, aquella tu vaca traviesa, que ansiosa de aventura, guiada por su instinto se fue rumbo al norte en busca de verdes praderas. Apareció "no se donde" y volvió a casa. Como no recordarte, tus aventuras fueron tambien las mías. Juntos partimos a otros pueblos donde comimos pan de artesas ajenas a cambio de nuestro esfuerzo.
Mas cada cual tomo su rumbo para que nuestra historia acabe con nosotros lejos de donde nació.
GONZALO DEHESA RAMOS D. E. P. AMIGO.
Como no recordar, aquella tu vaca traviesa, que ansiosa de aventura, guiada por su instinto se fue rumbo al norte en busca de verdes praderas. Apareció "no se donde" y volvió a casa. Como no recordarte, tus aventuras fueron tambien las mías. Juntos partimos a otros pueblos donde comimos pan de artesas ajenas a cambio de nuestro esfuerzo.
Mas cada cual tomo su rumbo para que nuestra historia acabe con nosotros lejos de donde nació.
GONZALO DEHESA RAMOS D. E. P. AMIGO.