En la parte más occidental de la provincia, allá por donde el
Camino de Santiago quiere despedirse de ella, cercano al curso del
río Odra, al pie de un cerro dominado por un
castillo, origen de su fundación, en un interesante cruce de
carreteras, en terreno desigual y cargado de
historia,
encontramos a
Castrojeriz, a 46 km de
Burgos.
Son sus vecinos
Villaquirán de la Puebla,
Villasilos,
Castrillo Mota de judíos e
Hinestrosa.
Aunque se han encontrado restos prehistóricos y
romanos, el primer dato de la historia moderna sobre Castrojeriz aparece en la Crónica Albeldense en los años 882 y 883, hablando de “Castrum Sigerici”. En el año 884 Nuño Núñez la repuebla y fortifica su castillo, quedando como avanzadilla de la
España cristiana; y ya en 912 extiende su dominio hasta el río Duero, liberando Roa.
En el año 974 recibe un fuero liberador con importantes exenciones del conde Garci Fernández. Es uno de los primeros fueros conocidos en Castilla.
El
pueblo se extiende a ambos lados de una larguísima
calle, muestra peculiar del paso del Camino de Santiago. Casonas nobles con
escudos,
iglesias y hospitales se entremezclan en su
arquitectura. llegó a tener siete hospitales y en la villa pasaron parte de sus vidas doña Berenguela y su nieto Alfonso X el Sabio. Y desde el comienzo fue lugar de señorío, perteneciente al conde de Castro, como aparece en el Catastro del Marqués de la Ensenada en 1752.
Pascual Madoz en su Diccionario geográfico le atribuye 2420 habitantes en 1848. Al revés que la inmensa mayoría de los
pueblos de la provincia, su censo había disminuido al finalizar el siglo, presentando 1928 personas en el año 1900.
En 1950 había ascendido levemente su número de habitantes, llegando a 1980.
Y la guía diocesana del año 2000 le asigna la cifra redonda de 500 habitantes.
Vivió momentos de especial esplendor en los siglos XV y XVI a raíz del
comercio de la lana, sobre todo en relación con Flandes.
Una importante colonia de judíos estuvo asentada aquí.