La pequeña población de
Castrovido se sitúa en las inmediaciones de
Salas de los Infantes, en la
cuenca del Arlanza, al sureste de la provincia de
Burgos, en la comarca de
Sierra de la Demanda, donde sus escasos vecinos viven basicamente de la
agricultura,
ganadería o jubilación.
Su rica
historia ligada siempre a su importancia estrategica, ha dejado huellas indelebles de distintas procedencias,
romanos, celtas, mulsumanes, condado de Lara…
Castrovido debe su nombre a Don Vito, compañero de Gonzalo Gustios, al que se le encargó la difícil tarea de repoblar esta villa y defender el paso sobre el Arlanza.
Su bello casco urbano, pintoresco y muy bien rehabilitado, cuenta con verdaderos valores etnográficos que merece la pena destacar, su
arquitectura popular, sus tres
molinos, el
potro, la central hidroeléctrica, el
lavadero, las
piedras coladeras, las
fuentes y los
abrevaderos, las
chimeneas serranas y su
puente que, aunque restaurado en momentos posteriores, tiene su origen en la época de dominación
romana, cuando formó parte de la
vía que unía Clunia con Tritium Magallum, la actual Tricio, en la
La Rioja.
Su
iglesia está dedicada a
San Martín y se trata de una construcción de una nave, con
ábside rectangular,
portada sencilla de medio punto y
torre es cuadrada, con cuatro vanos. La
ermita de nuestra señora del Carmen, antiguamente dedicada a los
Santos Justo y Pastor, se sitúa en las faldas del
monte que domina la localidad, en cuya cima se alzan las
ruinas de la torre fuerte que controlaba la ruta entre Salas de los Infantes, la Sierra de la Demanda y Nájera.
Castrovido por su historia, su patrimonio y su entorno natural rodeado de robles, un lugar digno de visitar