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Antiguas casas de segundas labores todas de caliza roja típica de la zona, CASTROVIDO

Llama la atención del viajero, según va acercándose a la zona, un torreón, hasta hace poco tiempo ruinoso, que se asienta en lo alto de un cerro, al pie del cual, en el comienzo de una soleada ladera, encontramos a CASTROVIDO, junto a la carretera que une Salas de los Infantes con Nájera, a orillas del río Arlanza, a 4 km de Salas de los Infantes y 58 de Burgos.
Terrazas de la Sierra, Arroyo de Salas, Pinilla de los Moros y el propio Salas de los Infantes le prestan límites y compañía.
Los señores del Castillo ejercieron su dominio sobre el lugar como aparece en el Catastro del Marqués de la Ensenada en1752342 y el nombre del pueblo aparece por primera vez escrito en el año 1094 en el cartulario del monasterio de San Millán de la Cogolla, aunque su castillo aparece ya citado en 974.
Tan sólo contaba con 28 habitantes en el año 1848, según el Diccionario geográfico de Pascual Madoz. Había casi quintuplicado su población en la segunda mitad del siglo XIX, llegando a presentar en 1900 un censo de 144 personas. Creció aún más en la primera mitad del siglo XX, sumando 200 habitantes en 1950. Y cierra el siglo, después de la sangría migratoria de la segunda mitad, con 28 habitantes, como hace siglo y medio.