Quizás esos caciques -que dieron pena- y quienes les secundaron y secundan serían mucho más productivos en provecho de Burgos (y de Castilla y León: qué manera de mezclar churras con merinas tuvieron!; qué cortedad de miras y qué manera tan burda de querer crear su propio chiringuito!) leyendo algunas de las obras de su antiguo paisano Enrique FLÓREZ, hombre entregado en cuerpo y alma a remover, en profundidad, las fuentes históricas de la historia de Castilla y de León.