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la ruta del arte, CERECEDA

Se, que es el RESULTADO DE 30 AÑOS DE "VISIÓN Y RESPETO" POR LOS NUEVOS POBLADORES, QUE: lucharon, Trabajando arreglando los tejados para quitar goteras, con nada de dinero, cogiendo leña sobrante del monte. Como todos, RECUPERANDO LA LIBERTAD Y DIGNIDAD DE VIVIR EN LA NATURALEZA. Y NOS OFRECEN SU POESÍA VITAL, EN FORMA DE ARTE. UNA INVITACIÓN DE AMOR DE VIDA. SUDOR, AMOR Y LÁGRIMAS DE ALEGRÍA. SON AMIGOS TODOS. IR Y ABRIR EL CORAZÓN. ESCUCHAR Y COMPARTIR. RECOGER ESTE TESORO Y ENCONTRARÉIS OTRO HOGAR, SIEMPRE FRESCO. Y LLENO DE LUZ.

LA RUTA DEL ARTE
Quince obras del escultor Carlos Armiño nos proponen un recorrido por el Valle de Valdivielso a través del Camino Natural del Ebro #GR99. Un motivo más, por si no hubiera pocos, para adentrarse en este entorno de naturaleza, arte y patrimonio que acompaña eldiscurrir del Río Ebro.
IMPREGNAR de arte un camino supone despertar la curiosidad, la intriga y la búsqueda.
Encontrarnos, por sorpresa o intencionadamente, esculturas en medio del bosque es un regalo para nuestras emociones abiertas a todo un mundo de sentimientos muy dispares.
Las esculturas de Carlos Armiño nos acompañan en puntos clave del Camino Natural del Ebro, (GR 99), lugares cercanos a las poblaciones por las que pasa, desde su entrada por el desfiladero de Los Hocinos hasta su salida del valle al embalse de Cereceda.
De este a oeste, recorre un total de 14 pueblos, en un recorrido con alternativas, todas ellas aptas para cualquier tipo de aventurero. A pie, en bici o a caballo y siempre de un modo respetuoso, nos podemos impregnar de la magia de este recorrido.
El Ebro vertebra el valle dándole una personalidad singular y siendo el origen de diversas formas de vida a lo largo de la historia. Puentes, diques, azudes, canalizaciones y presas, afán del artificio humano que intenta dirigirlo, reencauzarlo.
Molinos, batanes, norias, centrales eléctricas, fábricas, potabilizadoras, depuradoras... y, ahora, esculturas que nos invitan a establecer un diálogo con el río y con nosotros mismos. El Camino Natural del Ebro en su versión actual hereda pues todos los influjos del pasado y del presente.
Se trata de un camino natural, que ha sido y sigue siendo fuente de economía para el valle. La propia corriente fluvial ha generado piezas de patrimonio excepcionales, desde el románico hasta la actualidad y a partir de ahora, también podrá ser fuente de espiritualidad gracias a la generosidad de Carlos Armiño.
En su recorrido, el propio río representa a la vida y a la regeneración, al constante cambio, habiéndose ahora atrevido a albergar esculturas que se mimetizarán y empezarán a ser fuente de nuevas historias, fantasías, diversión, cobijo, referencias y seguridad en un medio que para muchos es hostil y que de esta manera puede dejar de serlo.
Las propias figuras agradecen su nueva ubicación ya que sienten poder transmitir serenidad a quien las descubra. Van a poder intercambiar vivencias en sus espacios. Infinitos diálogos entre la naturaleza, las esculturas y aquellos que quieran dejarse llevar. Un lujo muy cercano para cualquiera que se abra y se deje sorprender.