“...y el
campo olía a miel”.
Esta fue la sensación que sentía este
verano cuando tomaba esta
fotografía.
Los BREZOS son tan generosos con los veraneantes que nos regalan sus
flores en agosto.
Sentir la sensación de estar oliendo a miel es inigualable y es una sensación reversible: sentir la sensación de estar de vacaciones en el
pueblo cada vez que abramos un tarro de miel.
Sensaciones enormemente gratificantes y que cualquiera puede experimentar.