La tradición oral asegura que en sus orillas se reunían las brujas en akelarre. A estas reuniones acudían volando en sus escobas embadurnadas con ungüentos obtenidos de plantas venenosas como la cicuta, la mandrágora o el beleño. Gritaban entonces : " Sin Dios y sin María, ¡ Por la chimenea arriba ! ", y se echaban a volar. Incluso algunas brujas de Cernégula fueron ajusticiadas en el 1.610.