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CONGOSTO: Las Glosas emilianenses...

Las Glosas emilianenses

Las Glosas emilianenses debieron componerse, por razones paleográficas, en el siglo XI, retrasando así la fecha que había propuesto Ramón Menéndez Pidal, a mediados del siglo X.
El códice en el que aparecen está integrado por diferentes textos (según Diez y Diez, 1996 y Ruiz Asencio, 1993, hay pasajes de Pascasio de Dume, de Pelagio, de Martin de Braga, oraciones de San Cosme y San Damián, varios sermones atribuidos a San Agustín y una versión de las Homilías Toledanas), no todos ellos glosados, compuestos a finales de siglo IX o comienzos del X, y posteriormente (finales del siglo X comienzos del XI) copiados por el monje Munnio, quien ensamblo las dos partes de que consta hoy el códice, añadió algunos contenidos más y, muy probablemente, las glosas y comentarios marginales.
Manuel Díaz y Díaz ofrece varias localizaciones en que el texto latino de las Glosas pudo copiarse, a saber Viguera (Logroño), Ordejón, Congosto (Burgos) o Leyre (Navarra), de cualquiera de estos monasterios debió trasladarse a San Millán de la Cogolla, monasterio que contaba desde centurias anteriores con una famosa biblioteca y un conocido scriptorium. San Millán se encuentra en La Rioja, región que tenía una “situación estratégica, de paso entre la región montañosa de Navarra y el valle del Ebro, y, a la vez, entre Castilla y Aragón”, con fuertes influencias vascas desde el año 923 -fecha en que León y Navarra se unen contra los musulmanes- y con asentamientos mozárabes desde el siglo VIII que dan a la zona una fisonomía especial en que se mezclan distintos pueblos y distintas culturas (romana y vasca) que conviven perfectamente con la tradición visigoda anterior (en manos de los mozárabes). Esto ayudaría a entender una de las polémicas que suscita la interpretación de las glosas: la lengua en que están compuestas; para unos es aragonés, para otros dialecto riojano y no falta quien ha defendido la hipótesis de una koiné lingüística que aglutinaba rasgos castellanos, aragoneses y riojanos, característicos de la peculiar situación, historia y evolución de la región que vio nacer estas glosas, La Rioja.
* La España cristiana. El romance primitivo, escrito por Mª. Ángeles García Aranda