NOTA DE PRENSA
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Provincia
PAISAJES Y SABORES DE OTOÑO / Comarca del Arlanza
De Lerma a Covarrubias, con parada en Silos
El otoño torna el color de campos, bosques y cielos en la comarca del Arlanza. Es tiempo de recogida de frutos otoñales y de nuevos olores en los fogones de las cocinas que nos brinda la tierra
Dom, 06/10/2013
M. A. DE LA CRUZ /Lerma
El otoño en la comarca del Arlanza ha desplegado su paleta de pintor introvertido que tras la locura de luz del estío se ha vuelto hogareño, melancólico y sobre todo cálido, muy cálido. Amarillos tostados de los rastrojos, las cepas de los viñedos se tintan de ocre y los chopos de la ribera se van dorando a la espera del primer hielo que las haga caer por tierra.
También nuestras mesas se inundan de nuevos sabores y tonalidades. Es tiempo de recolección de fruta y de frutos secos, ideales para la confección de multitud de dulces y postres. A principio del otoño se celebra la vendimia que nos deja en nuestras bodegas los sabrosos caldos de la Denominación de Origen Arlanza, ideales para compartir con amigos y confraternizar con extraños.
La Villa Ducal es un lugar ideal para hacer parada y fonda. La lluvia de la temporada imprime a sus nobles piedras un tinte más sobrio. Su Conjunto Monumental Histórico es una buena razón para visitar la villa y en uno de sus edificios más emblemáticos, el Parador Nacional, degustar su cocina tradicional.
Liebres, conejos y perdices zarcean entre las cepas de los majuelos, las crías ya son adultas y empieza la temporada de caza. Casa Caracoles, fundada en 1900 y que regenta Rosa, tiene en su carta todo tipo de caza. Durante todo el año no le faltan los boletus y, en temporada, cualquier tipo de seta de calidad. En invierno, la ensalada de berros y en verano, cangrejos de río a la plancha. Posee también buena bodega.
FUENTE/El Correo de Burgos de hoy.
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Provincia
PAISAJES Y SABORES DE OTOÑO / Comarca del Arlanza
De Lerma a Covarrubias, con parada en Silos
El otoño torna el color de campos, bosques y cielos en la comarca del Arlanza. Es tiempo de recogida de frutos otoñales y de nuevos olores en los fogones de las cocinas que nos brinda la tierra
Dom, 06/10/2013
M. A. DE LA CRUZ /Lerma
El otoño en la comarca del Arlanza ha desplegado su paleta de pintor introvertido que tras la locura de luz del estío se ha vuelto hogareño, melancólico y sobre todo cálido, muy cálido. Amarillos tostados de los rastrojos, las cepas de los viñedos se tintan de ocre y los chopos de la ribera se van dorando a la espera del primer hielo que las haga caer por tierra.
También nuestras mesas se inundan de nuevos sabores y tonalidades. Es tiempo de recolección de fruta y de frutos secos, ideales para la confección de multitud de dulces y postres. A principio del otoño se celebra la vendimia que nos deja en nuestras bodegas los sabrosos caldos de la Denominación de Origen Arlanza, ideales para compartir con amigos y confraternizar con extraños.
La Villa Ducal es un lugar ideal para hacer parada y fonda. La lluvia de la temporada imprime a sus nobles piedras un tinte más sobrio. Su Conjunto Monumental Histórico es una buena razón para visitar la villa y en uno de sus edificios más emblemáticos, el Parador Nacional, degustar su cocina tradicional.
Liebres, conejos y perdices zarcean entre las cepas de los majuelos, las crías ya son adultas y empieza la temporada de caza. Casa Caracoles, fundada en 1900 y que regenta Rosa, tiene en su carta todo tipo de caza. Durante todo el año no le faltan los boletus y, en temporada, cualquier tipo de seta de calidad. En invierno, la ensalada de berros y en verano, cangrejos de río a la plancha. Posee también buena bodega.
FUENTE/El Correo de Burgos de hoy.
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