Conocido como la cuna de Castilla, ya que en el siglo X fue uno de los importantes señoríos monásticos y capital del Infantazgo de
Covarrubias, este pequeño
pueblo de
Castilla y León destaca por la buena conservación de su casco urbano. Entre sus edificaciones destaca el
torreón de Fernán González, su
palacio, la
casa de su esposa, Doña Sancha, parte de la antigua
muralla y la
colegiata de
San Cosme y San Damián, entre otros, Por esta localidad se dice que pasó el Cid Campeador.