Esta
iglesia fue construida en el siglo XII, pero de la original no queda apenas nada. La que hoy podemos observar es del siglo XV, aunque conserva algún resto de la original en la nave derecha. En el templo de
Santo Tomás se conserva el
órgano que, aunque menos antiguo que el de la
Colegiata, ya que este data del siglo XVIII, sigue sonando increíblemente, sobre todo los clarines que son dignos de oír. El
edificio tiene muchos componentes interesantes como son su colección de
retablos, la
vidriera renacentista que representa la natividad, la hermosa
pila bautismal, que es la original y por lo tanto
románica, y por supuesto la
escalera plateresca, «joya» de la iglesia. Los retablos originales fueron sustituidos en época barroca. El principal, neoclásico del siglo XVIII, muestra la Asunción de la
Virgen. Otro
retablo interesante es el dedicado a
San José, que enmarca tres tablas hispanoflamencas del siglo XV.