Cosme y Damián, hermanos gemelos, nacieron en Egea, ciudad del Asia Menor, alrededor del año 300 y se dedicaron al arte de la medicina. Adquirieron un gran prestigio por sus numerosas curaciones, muchas de ellas de forma milagrosa. Durante la persecución de los cristianos por el emperador Diocleciano, el procónsul Lisias los mandó detener y les conminó a que abandonasen su fe y adorasen a algunos ídolos. Al negarse, Cosme, Damián y sus otros tres hermanos fueron condenados a muerte y decapitados.

El motivo de este cuadro corresponde a un milagro realizado después de muertos. Según la leyenda, el Papa Félix IV, abuelo de San Gregorio, construyó en Roma, hacia el año 527, una iglesia en honor de San Cosme y San Damian. El cuidador de esta iglesia, padecía una enfermedad, tal vez un cáncer, que corroía dolorosamente una de sus piernas. El pobre cuidador soñó una noche que los Santos Cosme y Damián habían acudido en su ayuda y procedido a amputar su pierna enferma sustituyéndola por otra sana. Para ello aprovecharon la pierna de un moro (así dice la Leyenda Dorada) que había muerto unos días antes. Al despertar, el cuidador no salía de su asombro al comprobar que su sueño se había hecho realidad.

Este milagro es por el que son recordados los Santos Cosme y Damián. Y son muy numerosos los artistas que lo han reflejado en sus cuadros. Nosotros hemos encontrado más de treinta pero seguramente hay muchos más. Entre estos hemos elegido uno que nos ha parecido muy completo y seguramente poco conocido por nuestros lectores.

Lo que si es bien conocido es que los Santos Cosme y Damián son los patronos de la profesión médica. La Iglesia los conmemora el día 27 de septiembre.