El
Monumento Natural de Ojo Guareña, localizado en la comarca burgalesa de las Merindades constituye un complejo kárstico de importancia internacional, con 14 cavidades principales que suman más de 110 km de galerías interconectadas dadas entre sí, siendo muchas otras las cavidades relacionadas que aún no han podido ser comunicadas. Además de su innegable interés espeleológico y científico, en sus
cuevas y abrigos se han descubierto del orden de 70 yacimientos arqueológicos, que demuestran su uso humano desde el Paleolítico Inferior. Asimismo, el estudio detallado de su
fauna subterránea ha permitido la identificación de una comunidad biológica extraordinariamente diversa y la descripción de varias especies nuevas para la ciencia.
Es un enorme conjunto de cavidades que recorren las entrañas de un potente paquete de calizas de 130 m de espesor formadas en el Cretácico Superior, concretamente durante el período Coniaciense. Estas calizas descansan sobre capas impermeables de margas y calizas arcillosas que convierten el estrato coniaciense en un inmenso acuífero kárstico, donde se acumulan tanto las
aguas de infiltración como los caudales de los cursos Guareña, Trema y arroyo de la Hoz.
La
cueva del
ermita de
San Tirso y de San Bernabé está situada en la entrada principal del complejo kárstico del Monumento Natural de Ojo Guareña, es una ermita que aprovecha la entrada a la cueva y se cierra con sillares y sillarejos, previamente estuvo dedicada a San Tirso y en el siglo XVIII se reúne las dos advocaciones, San Tirso y San Bernabé, situada en la Merindad de Sotoscueva.
Aunque exteriormente parecen diferentes
fachadas, el espacio interior es unitario.
En imagen composición con el monumento Natural de Ojo Guareña, la ermita de San Bernabé y entrada principal a una de las cuevas, sala del
Ayuntamiento.