El ser humano se ha adentrado y refugiado en este espacio desde la prehistoria, hace por lo menos 45.000 años, venerándolo hasta nuestros días como un lugar sagrado y dejando su impronta en forma de pinturas rupestres y leyendas inmortales. “No se separen de los guías, puede ser peligroso”, advierte el cavernícola ficticio que habita este lugar y que aparece en el vídeo de presentación de la
cueva de
San Bernabé.