Huimos del calor -porque aquí nunca lo hay-, cambiamos la luz por la oscuridad de la gruta y el ruido por el silencio para descubrir los misterios de Ojo Guareña, un tesoro espeleológico al alcance de cualquiera. Casco puesto y luz frontal encendida. Viajamos al interior de la tierra en Burgos. Una ermita en la roca de Las Merindades