Cuesta imaginar que, debajo de esta pradera idílica, se esconden 110 kilómetros de galerías subterráneas y 400
cuevas que componen el segundo complejo kárstico más grande de la Península Ibérica y uno de los más espectaculares del mundo. La
carretera BU-526 discurre en paralelo a la cordillera y atraviesa esta comarca, la de Las Merindades, hasta divisar al sur este altiplano agujereado por la insistencia de los
ríos Trema y Guareña.