Nada más atravesar el
pueblo de
Cueva, descubrimos el sumidero donde este último
río deposita su caudal, desaparece este territorio calcáreo y da nombre al
Monumento Natural (desde 1996) que estamos a punto de explorar. Hemos llegado a Ojo Guareña. Sobre el sumidero, una ladera abrupta da paso a la meseta donde el viajero encuentra la
fachada de la
ermita rupestre dedicada a
San Tirso y a San Bernabé.