Noticia que aparece hoy en el diario de Burgos
R. ValdivielsoA. Castellanos / Loma
El Ministerio de Justicia publicó ayer la lista de todas las fosas comunes localizadas en España, un pedazo desgarrador de nuestra historia. En Burgos contabiliza un total de 41, de las que 9 fueron exhumadas en la etapa franquista y los cuerpos llevados al Valle de los Caídos. Entre todas ellas, la última exhumación de cuerpos atrapados por el olvido se realizó entre los pasados días 24 y 28 de abril en Loma de Montija. Los expertos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigidos por su presidente Paco Etxeberria, sacaron 24 cuerpos, 16 de ellos de vecinos de Gayangos.
Según los relatos de los familiares tomados por Etxeberria y su equipo, «los ocho restantes fueron detenidos en pueblos próximos en las mismas fechas y trasladados al calabozo en Espinosa de los Monteros». Allí se perdió su pista hasta ahora, en que una agrupación de familiares arropada por la Ley de la Memoria Histórica y el apoyo económico del Gobierno los ha buscado. Entre ellos se hallaba Gaspar Pereda González, «un labrador, un hombre del pueblo, de izquierdas».
La ubicación de la fosa fue fácil de hallar, porque uno de los que iba a ser fusilado en aquel lugar sobrevivió y pudo llegar al pueblo y contar lo sucedido. Más de la mitad de sus esqueletos tenía las manos atadas a la espalda. Y si desgarradora es la historia, más aún hechos como el sucedido al hijo y la esposa de uno de los fallecidos, «que un año después, cuando fueron a depositar un ramo de flores junto a la fosa, fueron apedreados por los vecinos», cuenta Etxeberria. Aquel niño tenía 11 años.
Su vivencia está unida a la de la fosa número 41, la última en ser exhumada y la última en ser contabilizada por el Ministerio de Justicia, pero este fin de semana, la Sociedad de Ciencias Aranzadi trabaja en la exhumación de entre 10 y 12 cuerpos en la que sería la fosa número 42 de Burgos, ubicada en el Alto de la Mazorra, en la Merindad de Valdivielso. DB contó su historia el pasado 6 de abril cuando se realizó la localización del enclave, donde yace Agapito Pereda, vecino de Quisicedo, y que el azar quiso que compartiera apellido con su homólogo en la fosa de Loma de Montija.
Además, Paco Etxeberria anuncia que su equipo ha contactado ya con los familiares de otras dos fosas ubicadas en Espinosa de los Monteros en el entorno del Monte Edilla, muy cerca del albergue juvenil. Una vez que las familias logren las ayudas económicas necesarias, «muy posiblemente el próximo año comencemos los trabajos de exhumación», explica.
Serán la 43 y 44, si antes no se localizan otras en el resto de la provincia. En el conjunto de Burgos, el antropólogo destaca la cantidad de fosas de la Ribera del Duero, «porque las represalias fueron mayores con los jornaleros sindicados, sobre todo, en zonas de vendimia como ésta». Adrada de Haza (2), Aranda de Duero (3), Berlangas de Rosa (1), La Horra (1), Milagros (1), Olmedillo de Roa (1), Vadocondes (2) y Villalba de Duero (4) son las poblaciones del sur de la provincia donde se han exhumado fosas.
En Las Merindades destaca la fosa del cementerio de Valdenoceda, con 151 cuerpos de presos del penal de la localidad, aunque también se hallaron en el Alfoz de Bricia, Villarcayo, Espinosa y Villasana de Mena, cuatro fosas de represaliados del bando franquista. En el resto de la provincia se reparten por Altable, Arenillas de Río de Pisuerga, Briviesca, Carcedo de Bureba, Covarrubias, Espinosa de Cervera, Quintanilla de la Mata, Rabanera del Pinar, San Juan del Monte, Sargentes de la Lora, Tubilla del Agua, Valle de Sedano, Villafranca Montes de Oca y Villamayor de los
R. ValdivielsoA. Castellanos / Loma
El Ministerio de Justicia publicó ayer la lista de todas las fosas comunes localizadas en España, un pedazo desgarrador de nuestra historia. En Burgos contabiliza un total de 41, de las que 9 fueron exhumadas en la etapa franquista y los cuerpos llevados al Valle de los Caídos. Entre todas ellas, la última exhumación de cuerpos atrapados por el olvido se realizó entre los pasados días 24 y 28 de abril en Loma de Montija. Los expertos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigidos por su presidente Paco Etxeberria, sacaron 24 cuerpos, 16 de ellos de vecinos de Gayangos.
Según los relatos de los familiares tomados por Etxeberria y su equipo, «los ocho restantes fueron detenidos en pueblos próximos en las mismas fechas y trasladados al calabozo en Espinosa de los Monteros». Allí se perdió su pista hasta ahora, en que una agrupación de familiares arropada por la Ley de la Memoria Histórica y el apoyo económico del Gobierno los ha buscado. Entre ellos se hallaba Gaspar Pereda González, «un labrador, un hombre del pueblo, de izquierdas».
La ubicación de la fosa fue fácil de hallar, porque uno de los que iba a ser fusilado en aquel lugar sobrevivió y pudo llegar al pueblo y contar lo sucedido. Más de la mitad de sus esqueletos tenía las manos atadas a la espalda. Y si desgarradora es la historia, más aún hechos como el sucedido al hijo y la esposa de uno de los fallecidos, «que un año después, cuando fueron a depositar un ramo de flores junto a la fosa, fueron apedreados por los vecinos», cuenta Etxeberria. Aquel niño tenía 11 años.
Su vivencia está unida a la de la fosa número 41, la última en ser exhumada y la última en ser contabilizada por el Ministerio de Justicia, pero este fin de semana, la Sociedad de Ciencias Aranzadi trabaja en la exhumación de entre 10 y 12 cuerpos en la que sería la fosa número 42 de Burgos, ubicada en el Alto de la Mazorra, en la Merindad de Valdivielso. DB contó su historia el pasado 6 de abril cuando se realizó la localización del enclave, donde yace Agapito Pereda, vecino de Quisicedo, y que el azar quiso que compartiera apellido con su homólogo en la fosa de Loma de Montija.
Además, Paco Etxeberria anuncia que su equipo ha contactado ya con los familiares de otras dos fosas ubicadas en Espinosa de los Monteros en el entorno del Monte Edilla, muy cerca del albergue juvenil. Una vez que las familias logren las ayudas económicas necesarias, «muy posiblemente el próximo año comencemos los trabajos de exhumación», explica.
Serán la 43 y 44, si antes no se localizan otras en el resto de la provincia. En el conjunto de Burgos, el antropólogo destaca la cantidad de fosas de la Ribera del Duero, «porque las represalias fueron mayores con los jornaleros sindicados, sobre todo, en zonas de vendimia como ésta». Adrada de Haza (2), Aranda de Duero (3), Berlangas de Rosa (1), La Horra (1), Milagros (1), Olmedillo de Roa (1), Vadocondes (2) y Villalba de Duero (4) son las poblaciones del sur de la provincia donde se han exhumado fosas.
En Las Merindades destaca la fosa del cementerio de Valdenoceda, con 151 cuerpos de presos del penal de la localidad, aunque también se hallaron en el Alfoz de Bricia, Villarcayo, Espinosa y Villasana de Mena, cuatro fosas de represaliados del bando franquista. En el resto de la provincia se reparten por Altable, Arenillas de Río de Pisuerga, Briviesca, Carcedo de Bureba, Covarrubias, Espinosa de Cervera, Quintanilla de la Mata, Rabanera del Pinar, San Juan del Monte, Sargentes de la Lora, Tubilla del Agua, Valle de Sedano, Villafranca Montes de Oca y Villamayor de los
Con frecuencia se ha presentado el Alzamiento en la provincia de Burgos como si hubiese sido unánime y al día siguiente. Nada más lejos de la realidad. Y como las cosas no fueron así y hubo resistencias, como en el Tozo y en la Lora de Sargentes y otros lugares, la represión fue dura poco tiempo después, en la medida que avanzó el bando golpista y logró consolidarse. El frente de la Lora de Sargentes, durante 15 meses, es prueba de que no fue a sí; y no solo porque al otro lado estuviese el Valle lleno de rojos sino que d estos pueblos de los muncipios indicados se pasaron diversos vecinos al lado de los del Valle.