Este
pueblo se sitúa a 3,5 kilómetros de
Medina de Pomar y se extiende a orillas del
río Nela, que sirve de límite al municipio.
Nos encontramos un
parque en el centro del pueblo, y junto a él, un
cartel indicando el
sendero PRC. BU. 142, que lo atraviesa.
Se cree que el verdadero nombre de este
barrio fue Villaciles, el que cambió más tarde, por
El Vado (quizás con el aumento de las relaciones mercantiles y el continuo paso de arrieros). Figura con él en el libro Becerro de las Behetrías y su nombre equivale a granja de los silos o
graneros. En su término, cerca de su poblado, se conservan dos pagos indicadores de su primitivo nombre, el de
Fuente de Villaciles y Ntra. Sra. De Villaciles.
El sendero viene bordeando el río Nela, y descubre en él, los diferentes
puentes que lo cruzan. Se reconocen además,
torres ó casonas de control, utilizadas para el cobro de una aduana como impuesto por el paso de
carros con mercancías,
ganados y personas.
Por ese mismo lugar se vadeaba antiguamente el río, tarea que se vigilaba desde la
torre -
Palacio del Señor de Villaciles, cuyas
ruinas aun se observan en la orilla izquierda del río. Es una torre fuerte con signos de actuaciones recientes. Conserva sólo parte de los muros en los que aún se aprecian distintos vanos apuntados de finales del S. XV. Por los restos que quedan debió de estar dotada de cerca de
piedra por el lado de oriente, donde tenía el acceso principal. La torre tiene el interés añadido de su asentamiento en el lugar adecuado para el control del vado y luego
puente sobre el río Nela.
Así pues, hay en El Vado, un hermoso y elegante puente de piedra de airoso
arco triple, que atraviesa el río para adentrarse en tierras de Aldea de Castilla la Vieja. Este magnífico puente constituye una obra de ingeniería considerable. Parece una construcción de mediados del S. XVI en cuyos sillares menudean las marcas de cantero de aquella época.
Una modesta
ermita moderna sustituye a otra anterior que hubo hace ya mucho tiempo. Ésta, como
edificio, no conserva las características de su primer periodo, pues la existente debió construirse a principios del siglo pasado. En ella se veneraba la esplendida imagen
románica de Nuestra Señora de Villaciles del S. XII, sedente y bastante bien conservada.
Todavía pueden verse, en las inmediaciones del pueblo, restos de la central eléctrica de Quintarnaza, una de las primeras centrales que abasteció a Medina de Pomar. Construida a finales del S. XIX o principios del S. XX en el marco de una iniciativa empresarial local con el objeto de suministrar luz a la ciudad. Con la misma pretensión surgieron otras centrales similares en el entorno de Medina de Pomar, sirviéndose para ello de las
aguas de los
ríos Salón, Nela y Trueba.
También hay restos del Ferrocarril Santander-Mediterráneo, concretamente de la caseta del capataz de la cuadrilla ferroviaria y un puente metálico. Comenzada a construir en 1924, esta línea debía enlazar el valenciano
puerto de Sagunto con Santander pero nunca fue terminado a pesar de lo avanzado de las obras. Actualmente se ha convertido en una
vía verde.
De nuevo retrocediendo pegado al cauce del río Nela descubrimos El
Camping el Brezal, de primera Categoría.
Sus
fiestas se celebran en honor a Nuestra Señora de Villaciles, el domingo siguiente al 8 de septiembre.