El
río Ebro ha tallado a su paso por
Burgos un espectacular cañón que en algunos puntos alcanza los 200 metros de profundidad. El relieve y la diversidad biológica y botánica que encierra su interior constituyen una verdadera tentación para los senderistas.
La
fotografía está tomada desde el
mirador habilitado, al que se puede llegar facilmente en
coche y con
aparcamiento, en la
carretera que va desde la N-623 (pasadas las curvas de
Escalada) hacia
Pesquera de Ebro, donde disfrutar de unas fantásticas vistas de la profunda garganta tallada por el Ebro