La vivienda más señalada es el
Palacio de los Gallo, elegante
edificio del siglo XVII, alzado en las inmediaciones de la
carretera. Cuenta con dos esbeltas
torres que sobresalen del resto del
caserío, y fue construido por Gregorio Gallo, obispo de
Segovia. Próxima se encuentra la denominada
Torre de los Gallo que debió ser la
casa primitiva de la
familia hasta la construcción del nuevo palacio.