Fue tal el arrojo de los primitivos Espinosiegos, que tras la victoria sobre los árabes, tomaron por armas un
escudo de oro y en él un espino verde con majuelas coloradas y tronco pardillo, que añadieron al
castillo que antes tenían. A causa de tanto conflicto bélico, estas tierras quedaron mermadas en su población, conviertiéndose en tierra de nadie. Espinosa quedará de nuevo arrasada por completo en torno al año 920.