Monteros de Espinosa ¿reconocéis ser éste el cadáver de S. M. el Rey Don Alfonso XII de Borbón y Borbón. —Dijo el marqués de Alcañices. Sí, reconocemos. —Respondieron los monteros. Os entrego en prueba de vuestra reconocida lealtad y de orden de S. M, la Reina, el cadáver de su Augusto Esposo
para su guarda y custodia. ¿Os dais por entregados de él? Si. En 1931, cuando llegó la Segunda República, se disolvió el cuerpo, que aun así pasaba los 9 siglos de existencia. Se dice que en todo ese tiempo nunca hubo un montero de Espinosa que traicionara en modo alguno a su señor.