Para poder ver este magnífico
árbol hay que acercarse a la
cascada de los Chapatales. Desde ahí tenemos 2 kilómetros de
paseo remontando el riachuelo que cae en la cascada de los Chapatales. El comienzo es junto con el final lo más complicado. Para empezar podemos subir por la ladera de gran pendiente al sur de la cascada para rápidamente ponernos en la cota desde la que cae el
agua en cascada. De menor pendiente es la otra alternativa de comenzar por el
río que baja de Rehoyo. El inconveniente es que no hay senda y debemos saltar de
piedra en piedra si no queremos mojarnos. Por ahí se debe subir unos 100 metros para luego girar a la izquierda y llegar a la parte superior de la cascada de los Chapatales. Una vez ahí ascenderemos por la margen derecha del río, por una senda estrecha y trabada con abundantes escobas. De vez en cuando se pueden ver tejos en el fondo del barranco y en la otra ladera mientras caminamos entre fresnos,
pinos y sauces. Debemos caminar 1 kilometro hasta que la senda nos obliga a cruzar el río para continuar por la otra ladera. En esta ocasión en una senda más ancha y cómoda, antigua
vía por la que se sacaba antiguamente la madera. Por esta ladera de solana caminaremos entre hayas otro kilometro hasta que tengamos que cruzar nuevamente el río. Una vez cruzado el río llegamos a una pequeña pradera donde vuelve a empezar lo realmente duro: la ascensión por la ladera según la línea de máxima pendiente. Por esta zona con abundantes
piedras sueltas tenemos que “escalar” unos 100 metros hasta llegar a nuestro objetivo situado en pleno hayedo a casi 1.500 metros de altitud.
El tamaño sí importa A continuación se exponen las principales cifras que nos dan una idea de su verdadera magnitud.
Diámetro: 2,26 metros.
Perímetro: 7,10 metros, medido a la altura del pecho.
8,36 metros en la base.
Altura: 12 metros.
Copa: 223 metros cuadrados de
sombra proyectada.
Para hacernos una idea de la importancia de estos números se puede decir que en
Castilla y León solo existen datos de un tejo más grueso en el Barraco, en la provincia de
Avila, que tiene un diámetro de 2,53 metros.
Cuestión de edad
El tejo tiene una importante pudrición en el tronco lo que impide conocer con exactitud su edad mediante el conteo de los anillos de crecimiento.
Vista general de El Tejo Es de suponer que sobrepase los 1000 años ya que existen unos tejos en la
Montaña Palentina a una altitud similar, condiciones ecológicas parecidas y una circunferencia inferior a los 5 metros a los que se ha realizado un estudio en el que se observo que sobrepasaban el milenio.
Otro estudio tratando de estimar la edad de unos tejos en Irán llego a la sencilla regla de que la edad es similar a la circunferencia en centímetros. De ahí podemos estimar una edad de más de setecientos años.
De todo esto podemos afirmar con total seguridad que cuando Colón llegó a América “nuestro” tejo ya estaba ahí y es muy probable que cuando Fresneda se constituyo como asentamiento entre los siglos IX y X (ver articulo de Eduardo Manso en el número anterior de la revista) el tejo comenzase su existencia.
Los +
El tejo más longevo y grueso que se conoce está en Escocia en un
cementerio al que se le calculan 3000 años y cuenta con un tronco hueco de 16 metros de perímetro (el doble que el de Fresneda). Otros “veteranos” son uno existente en
Francia con 11 metros de perímetro y 1.700 años de edad u otros que hay en
Alemania con más de 2.000 años y perímetros entre los 3 y los 8 metros.
Ya más cerca, en la Comunidad de
Madrid existe uno con 10 metros de perímetro en la base del que se desconoce la edad y otro en el
País Vasco en Eskubaratz con mas de 6 metros de circunferencia y una edad estimada en unos 1.500 años.
Curiosidades
El tejo contiene una sustancia, el taxol, que es un principio anticanceroso por el que se ha venido talando en todo el mundo desde Estado Unidos hasta China.
Conclusión
El Tejo de Fresneda, que podría formar parte del Catálogo de
Árboles Singulares de Castilla y León, es otro elemento más de la magnífica riqueza natural de
Fresneda de la Sierra Tirón.